El 5 de junio de 2009 fue una fecha que enlutó a nuestro país y nos recuerda que persisten brechas económicas, pero también culturales e históricas, pendientes hasta hoy. En ese momento, el detonante de lo que conocemos como el Baguazo fue la aprobación de decretos legislativos que simplificaban procedimientos para acceder a la explotación de recursos naturales sobre territorios indígenas, que no habían pasado por procesos de diálogo o consulta previa.
