Por Cristina López
Derecho, Ambiente y Recursos Naturales
A puertas de la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), la deforestación de los bosques en el Perú es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y nuestra Amazonía está al límite de alcanzar un punto de no retorno (MINAM, 2023). Este año, la economía peruana ha sido afectada bruscamente por factores políticos, sociales y múltiples choques climatológicos en el primer trimestre del año, que han dificultado la inversión y gasto público en la acción climática peruana.
El MEF aprobó recientemente la propuesta de presupuesto nacional 2024, asignando 11 715 millones de soles al sector transportes y comunicaciones para las carreteras en la red vial nacional, vías departamentales y vecinales, entre otros.
En el departamento de Loreto, el 12.1% del presupuesto anual se ha sido asignado a la función transportes (S/ 688 739 990), priorizándose la ampliación de la red vial terrestre con proyectos como Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho” y “Puerto Arica – Flor de Agosto”, que buscan conectar por vía terrestre las cuencas de los ríos Napo y Putumayo, y que han sido promovidas desde los años 80 para dinamizar la economía regional transfronteriza con Colombia, ampliar la frontera agrícola y pecuaria, así como el desarrollo de agroindustria. Estas propuestas se superponen a territorios de pueblos indígenas, áreas naturales protegidas y zonas de alta diversidad biológica.
En el caso de la propuesta vial “Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho”, a cargo de PROVÍAS Nacional con un presupuesto actualizado de S/. 1 542 915 177.80 soles, que impactaría, entre otros, territorios de los pueblos indígenas Maijuna y Kichwas, así como las áreas de conservación regional Maijuna Kichwa y Ampiyacu Apayacu. Esta propuesta vial fue modificada para ser implementada en cuatro tramos en el marco del Decreto legislativo N° 1553, que permite el inicio de la ejecución física de los proyectos de inversión en el marco del Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones, de manera paralela a la elaboración parcial de sus expedientes técnicos o a nivel de ingeniería básica aprobados, por tramos, etapas, componentes o sectores de obra.
Esta modalidad de ejecución debilita los instrumentos de gestión socioambiental, al excluir los impactos acumulativos y sinérgicos del conjunto de tramos, centrándose en el análisis tramo por tramo, como si fueran intervenciones independientes y no relacionadas. Un claro ejemplo es la categoría I, asignada en el marco del SEIA a los proyectos que no originen impactos ambientales negativos de carácter significativo, y que ha sido aprobada para el primer tramo del proyecto, requiriendo solo una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para su implementación.
Por otro lado, la construcción de la carretera Puerto Arica – Flor de Agosto se paralizó a finales de los años 80 debido a las dificultades técnicas para completar su construcción en una zona de bosques inundables amazónicos. Según los pobladores locales, esta vía ha sido utilizada para actividades ilegales, como narcotráfico y tala de bosques. No obstante, se ha anunciado la ejecución del proyecto:“Mantenimiento periódico de la red vial departamental no pavimentada 102, tramo Puerto Arica – Flor de Agosto”, con un presupuesto mayor al millón de soles para completar los 13 km pendientes y un puente sobre el río Algodón.
La implementación de ambas vías terrestres no solo generaría duplicidad en el uso del presupuesto público sino también mayores emisiones de GEI, pérdida de los bosques, biodiversidad, afectaciones significativas a las áreas naturales protegidas y vulneraría los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales. Las entidades competentes del Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones y del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico (nacional y regional) deben garantizar la implementación de los principios de eficiencia y transparencia presupuestal.
Estos ejemplos nos demuestran que seguimos cayendo en los errores de siempre, olvidando que es urgente y necesario que desde la etapa de planificación de los proyectos se propongan alternativas de conectividad sostenible que vayan de la mano con las necesidades de las poblaciones locales y sus planes de vida, y que se acompañen de procesos de consulta previa, libre e informada.
Finalmente, creemos que es urgente la aplicación de los análisis climáticos en los instrumentos de gestión socioambiental para la prevención de los riesgos de peligro inminente o de desastres en los proyectos de infraestructura vial en la Amazonía, evitando proyectos que contravengan los compromisos climáticos del país.