Por Lizardo Cauper Pezo
Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP)
Muchas organizaciones civiles y de la academia se han unido a la posición de rechazo que los pueblos indígenas, desde AIDESEP y sus bases, hemos tomado debido a los serios vacíos que presenta el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Hidrovía Amazónica, y a la falta de condiciones mínimas que deben cumplir los proyectos de inversión desde nuestra visión indígena y en el marco del respeto a nuestros derechos colectivos.
A pesar de que el proyecto podría llegar a afectar irremediablemente nuestros medios de subsistencia, como son la pesca y la agricultura en las riberas, nuestra salud, nuestros modos de vida y nuestra cultura, el EIA ha fallado en identificar de manera seria los impactos que el proyecto podría causar y sobre todo se burla de las afectaciones al no plantear medidas concretas y efectivas para evitar que los impactos del proyecto nos afecten.
El año empezó con el rechazo del primer Estudio de Impacto Ambiental que presentó la empresa, ya que se había incumplido con terminar de realizar todos los talleres de participación ciudadana. Luego siguió un proceso en el que la empresa se reafirmó en su vulneración al derecho a la participación ciudadana, confirmando que para la empresa nuestro derecho era un mero trámite que debía cumplir.
Incluso el segundo EIA presentado tuvo, también, observaciones de forma, y recién en el mes de mayo fue admitido por el SENACE, a pesar de no tener suficiente información sobre el comportamiento de nuestros ríos amazónicos, nuestros peces y espíritus que habitan en los ríos.
A partir de este momento muchas instituciones del Estado -como el Sernanp, Mincu y el propio Ministerio de Transportes, desde su Dirección General de Asuntos Ambientales, entre otros- hicieron llegar sus observaciones y recomendaciones al proyecto, evidenciando que los pueblos indígenas estábamos en lo correcto. En muchas audiencias públicas del proyecto, que no contaron con suficientes esfuerzos para promover un diálogo intercultural, nuestras bases mostraron un contundente rechazo al proyecto.
Ahora, la empresa ha pedido una ampliación de tiempo para resolver las más de 400 observaciones que tiene el proyecto, lo que confirma que las observaciones que hicimos en un inicio no eran tan fáciles de resolver, y se suma a nueva información sobre las zonas de dragado, que serían diferentes y en mayor número a las establecidas en el EIA que se está evaluando, lo cual no permitiría identificar cómo realmente impactaría el proyecto en nuestras comunidades.
Con la emisión del decreto de urgencia N°018-2019, que impulsa los proyectos del Plan Nacional de Infraestructura, entre los cuales se encuentra la Hidrovía Amazónica, el gobierno sigue impulsando proyectos cuestionados a cargo de empresas investigadas por corrupción, de acuerdo a medios periodísticos como Convoca.pe
Termina el año 2019 sin que exista una política de protección a nuestros ríos amazónicos ni reglas del juego claras para ordenar el transporte de los ríos y cumplir con la promesa de un transporte seguro para los pueblos indígenas. Termina el año 2019 sin que los acuerdos de consulta previa del año 2015 se cumplan plenamente. Pero sobre todo, termina el año 2019 impulsando proyectos sin que se busque consensos y espacios de diálogo con quienes exigimos que nuestras voces se escuchen y que nuestros derechos como pueblos indígenas sean respetados.