- Denuncian que el Pacto de Leticia, no incluye las soluciones que aseguren la sostenibilidad de la Amazonía, uno de los principales ecosistemas del cual depende la humanidad.
- Preocupa que las medidas propuestas en el Pacto de Leticia afecten zonas social y ambiental altamente sensibles.
En 2019, los gobiernos de Perú, Colombia, Brasil, Guyana, Surinam, Ecuador, y Bolivia firmaron el Pacto de Leticia, con el objetivo de frenar la deforestación y las actividades ilegales con el soporte de recursos financieros. Sin embargo, se ha observado que su diseño, en la práctica, lo configura como una amenaza a las comunidades tradicionales, y pueblos indígenas de la región.
En ese marco, más de 70 organizaciones de sociedad civil de Latinoamérica y otras regiones se pronuncian sobre el Pacto de Leticia, con el objetivo de hacer llegar sus pedidos a los representantes de los estados y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y se reformule el pacto hacia una mirada intercultural, con enfoque de derechos humanos, con gobernanza socioambiental, y que integre la cuenca amazónica como un ecosistema que actualmente sufre una crisis sin precedentes.
Al respecto, el pacto también pone en riesgo los esfuerzos de contrarrestar la deforestación. Recordemos que en el 2020 la Amazonía perdió cerca de 2.3 millones de hectáreas de bosques en los 9 países amazónicos, una cifra más alta que en el 2019. A su vez, al dejar fuera de la creación del pacto a los pueblos indígenas, comunidades tradicionales; no se está tomando en cuenta, la situación que atraviesan los defensores y defensoras ambientales e indígenas. Actualmente se ha notado un incremento de la violencia en la cuenca amazónica; Brasil, Colombia y Perú son los países más peligrosos para las personas que defienden la naturaleza y el territorio; situación que debe ser tomada en cuenta, si se quiere promover una Amazonía segura y protegida.
Por otro lado, uno de los principales socios del pacto actualmente es el BID. A la fecha se plantea transferir a los gobiernos amazónicos la suma de 334 mills USD aproximadamente, mediante iniciativas como; el Programa Estratégico Semilla para la Amazonía el (20 mlls USD), el Fondo de Múltiples Donantes para la Bioeconomía y los Bosques de la Amazonía (35 mlls USD) y el Fondo para la Bioeconomía de la Amazonía (279 mlls USD), este último fue aprobado por el Fondo Verde por el Clima. Al respecto, la bioeconomía, actualmente es una corriente de inversión poco conocida, y “no está claro cuáles son las metas asumidas para contrarrestar la deforestación y restauración forestal y cómo enfrentar las actividades depredadoras y el cambio de uso del suelo en base a la bioeconomía”, señala Claudio de Oliveira del Grupo de Trabajo de Infraestructura.
En base a esta relación, el pronunciamiento se lanzó en el marco del evento organizado por OSC el día 30 de marzo, denominado “El rol del Banco Interamericano de Desarrollo en el contexto post pandemia: Desafíos y Oportunidades para una recuperación más justa y sostenible”, el cual tuvo como objetivo, presentar las observaciones de sociedad civil sobre las falencias, vacíos que tiene el BID dentro de la implementación de sus préstamos en la región; así evidenciar la falta de espacios de participación para sociedad civil en la reunión anual del banco. En este espacio, Denisse Linares, especialista del programa Amazonía de DAR (Perú), resaltó que “el Pacto de Leticia no consideró tener un diálogo intercultural con los pueblos indígenas. Tampoco aborda en su narrativa los grandes problemas de la Amazonía y las iniciativas que ya tienen los pueblos, como sus planes de vida. Por ello, indicó que el pronunciamiento que hoy publican las organizaciones de la sociedad civil hace un llamado al BID para que financie respetando los derechos humanos y ambientales.”
En ese sentido, dichas iniciativas también implican un riesgo, ya que se están aprobando con las mismas deficiencias que el pacto. Por lo que es necesario decirle al BID que se requiere que las instituciones financieras cambien la lógica de mercado de explotar la naturaleza. Por ello, las comunidades tradicionales, afrodescendientes, y otras organizaciones de sociedad civil de América Latina exigen a los representantes de los estados cambios como:
- Proceso de diálogo multiactor de revisión del pacto y sus estrategias de implementación.
- Transparentar la planificación del pacto a nivel nacional.
- Inclusión de instrumentos, estrategias para garantizar el reconocimiento y regularización de los derechos territoriales de los pueblos indígenas y otras comunidades tradicionales.
- Inclusión de las iniciativas de los pueblos indígenas para la protección de la Amazonía.
- Protección de las defensoras y defensores ambientales e indígenas, siendo el Acuerdo de Escazú un elemento clave para el desarrollo del pacto.
- Incorporación de una visión inclusiva sobre la bioeconomía.
- Construir una estrategia clara e innovadora sobre infraestructura sostenible e inclusiva.
Finalmente, es necesario que se desarrolle el debate sobre el Pacto y las iniciativas del BID a nivel regional con los representantes de los estados, de manera que se propongan soluciones integrales y respetando los derechos de todas y todos.
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VERSÃO EM PORTUGUÊS
Organizações da sociedade civil cobram transparência, participação e inclusão de comunidades tradicionais no Pacto de Letícia e iniciativas financeiras para sua implementação
- Grupos denunciam que o Pacto de Letícia não contempla soluções que garantam a sustentabilidade da Amazônia, um dos principais ecossistemas dos quais a humanidade depende.
- Existe a preocupação de que as medidas propostas no Pacto de Letícia afetem áreas sociais e ambientais altamente sensíveis.
Em 2019, os governos do Peru, Colômbia, Brasil, Guiana, Suriname, Equador e Bolívia assinaram o Pacto de Letícia e junto com o apoio de recursos financeiros, tem o objetivo de conter o desmatamento e atividades ilegais. No entanto, observou-se que seu desenho, na prática, o configura como uma ameaça às comunidades tradicionais e povos indígenas da região.
Nesse contexto, mais de 70 organizações da sociedade civil da América Latina e de outras regiões se pronunciam sobre o Pacto de Letícia, com o objetivo de enviar suas solicitações aos representantes dos estados e do Banco Interamericano de Desenvolvimento (BID), e reformular o pacto em direção a uma perspectiva intercultural, com abordagem de direitos humanos, com governança socioambiental, e que integre a bacia amazônica como um ecossistema que passa por uma crise sem precedentes.
Em 2020, a Amazônia perdeu cerca de 2,3 milhões de hectares de florestas nos 9 países amazônicos, número superior ao de 2019. Atualmente, o Pacto coloca em risco os esforços de combate ao desmatamento, ao deixar de fora a criação do Pacto os povos indígenas e comunidades tradicionais, não levando em conta a situação que os defensores ambientais e indígenas estão passando. Cada vez mais registra-se um aumento da violência contra estes líderes na bacia amazônica; Brasil, Colômbia e Peru são os países mais perigosos para quem defende a natureza e o território, situação esta que deve ser levada em consideração, se você deseja promover uma Amazônia segura e protegida.
Por outro lado, um dos principais parceiros do Pacto é atualmente o BID. Até o momento, propõe-se transferir aos governos amazônicos a soma repassar aos governos amazônicos a quantia de aproximadamente 334 milhões de dólares, por meio de iniciativas como; o Programa Sementes Estratégicas para a Amazônia (US$ 20 milhões), o Fundo Multidoador de Bioeconomia e Florestas da Amazônia (US$ 35 milhões) e o Fundo de Bioeconomia da Amazônia (US$ 279 milhões), este último testado pelo Fundo Verde para o Clima. Nesse sentido, a bioeconomia é atualmente uma tendência de investimento pouco conhecida, e “não está claro quais são os objetivos para combater o desmatamento e a restauração florestal e como lidar com atividades predatórias e mudanças no uso da terra com base na bioeconomia”, explica Claudio de Oliveira, do Grupo de Trabalho de Infraestrutura.
Com base nessa relação, um comunicado foi lançado no âmbito do evento organizado pelas organizações da sociedade civil realizado em 30 de março, intitulado “O papel do Banco Interamericano de Desenvolvimento no contexto pós-pandemia: Desafios e oportunidades para uma recuperação mais justa e sustentável ” , cujo objetivo é apresentar as observações da sociedade civil sobre as deficiências, lacunas que o BID tem na implementação de seus empréstimos na região; evidenciando assim a falta de espaços de participação da sociedade civil na reunião anual do banco. No evento, Denisse Linares, especialista do programa Amazônia do DAR (Peru), destacou que “o Pacto de Letícia não previa um diálogo intercultural com os povos indígenas. Tampouco aborda em sua narrativa os grandes problemas da Amazônia e as iniciativas que os povos já têm, como seus projetos de vida. Por isso, a declaração publicada hoje por organizações da sociedade civil pede ao BID que financie respeitando os direitos humanos e ambientais”.
Nesse sentido, essas iniciativas também implicam um risco, pois estão sendo aprovadas com as mesmas deficiências do Pacto. Portanto, é preciso dizer ao BID que as instituições financeiras são obrigadas a mudar a lógica do mercado de exploração da natureza. Por isso, as comunidades tradicionais, afrodescendentes e outras organizações da sociedade civil da América Latina exigem mudanças dos representantes dos Estados, comos seguintes pedidos:
- Processo de diálogo multissetorial para revisão do Pacto e suas estratégias de implementação.
- Tornar o planejamento do Pacto transparente em nível nacional.
- Inclusão de instrumentos, estratégias para garantir o reconhecimento e regularização dos direitos territoriais dos povos indígenas e demais comunidades tradicionais.
- Inclusão das iniciativas dos povos indígenas para a proteção da Amazônia.
- Proteção dos defensores ambientais e indígenas, sendo o Acordo de Escazú um elemento chave para o desenvolvimento do Pacto.
- Incorporação de uma visão inclusiva da bioeconomia.
- Construir uma estratégia clara e inovadora sobre infraestrutura sustentável e inclusiva.
Finalmente, é necessário desenvolver o debate sobre o Pacto e as iniciativas do BID em nível regional com os representantes dos estados, para que sejam propostas soluções integrais e respeitem os direitos de todos.
Veja o pronunciamento:
VERSIÓN INGLÉS
Civil society organizations speak out for transparency, participation and the inclusion of traditional communities in the Leticia Pact and financial initiatives for its implementation
- They denounce that the Leticia Pact does not include solutions that ensure the sustainability of the Amazon, one of the main ecosystems on which humanity depends.
- There is concern that the measures proposed in the Leticia Pact affect highly sensitive social and environmental areas.
In 2019, the governments of Peru, Colombia, Brazil, Guyana, Suriname, Ecuador, Guyana and Bolivia signed the Leticia Pact, with the aim of curbing deforestation and illegal activities with the support of financial resources. However, it has been observed that its design, in practice, configures it as a threat to traditional communities and indigenous peoples of the region.
In this framework, more than 70 civil society organizations from Latin America and other regions speak out on the Leticia Pact, with the aim of sending their requests to the representatives of the states and the Inter-American Development Bank (IDB), and reformulate the pact towards an intercultural perspective, with a human rights approach, with socio-environmental governance, and that integrates the Amazon basin as an ecosystem that is currently suffering an unprecedented crisis.
In this regard, the Pact also jeopardizes efforts to counteract deforestation. Let us remember that in 2020 the Amazon lost about 2.3 million hectares of forests in the 9 Amazonian countries, a higher figure than in 2019. In turn, by leaving out the creation of the Pact the indigenous peoples, traditional communities ; The situation that environmental and indigenous defenders are going through is not being taken into account. Currently there has been an increase in violence in the Amazon basin; Brazil, Colombia and Peru are the most dangerous countries for people who defend nature and territory; situation that must be taken into account, if you want to promote a safe and secure Amazon.
On the other hand, one of the Pact’s main partners is currently the IDB. To date, it is proposed to transfer to the Amazonian governments the sum of approximately 334 million USD, through initiatives such as; the Strategic Seed Program for the Amazon (USD 20 million), the Amazon Bioeconomy and Forests Multi-Donor Fund (USD 35 million) and the Amazon Bioeconomy Fund (USD 279 million), the latter was approved by the Green Fund for Climate. In this regard, the bioeconomy is currently a little-known investment trend, and “it is not clear what the goals are to counteract deforestation and forest restoration and how to deal with predatory activities and land use change based on the bioeconomy.” says Claudio de Oliveira of the Infrastructure Working Group.
Based on this relationship, the statement was launched within the framework of the event organized by CSOs on March 30, called “The role of the Inter-American Development Bank in the post-pandemic context: Challenges and Opportunities for a fairer and more sustainable recovery” , which had the objective of presenting the observations of civil society on the shortcomings, gaps that the IDB has within the implementation of its loans in the region; thus evidencing the lack of participation spaces for civil society in the bank’s annual meeting. In this space, Denisse Linares, specialist of the Amazon program of DAR (Peru), highlighted that “the Leticia Pact did not consider having an intercultural dialogue with indigenous peoples. Nor does he address in his narrative the great problems of the Amazon and the initiatives that the peoples already have, such as their life plans. For this reason, he indicated that the statement published today by civil society organizations calls on the IDB to finance while respecting human and environmental rights.”
In this sense, these initiatives also imply a risk, since they are being approved with the same deficiencies as the Pact. So, it is necessary to tell the IDB that financial institutions are required to change the market logic of exploiting nature. For this reason, traditional communities, Afro-descendants, and other civil society organizations in Latin America demand changes from the representatives of the states, such as:
- Multi-stakeholder dialogue process to review the Pact and its implementation strategies.
- Make the planning of the Pact transparent at the national level.
- Inclusion of instruments, strategies to guarantee the recognition and regularization of the territorial rights of indigenous peoples and other traditional communities.
- Inclusion of the initiatives of indigenous peoples for the protection of the Amazon.
- Protection of environmental and indigenous defenders, the Escazú Agreement being a key element for the development of the Pact.
- Incorporation of an inclusive vision of the bioeconomy.
- Build a clear and innovative strategy on sustainable and inclusive infrastructure.
Finally, it is necessary to develop the debate on the Pact and the IDB initiatives at the regional level with the representatives of the states, so that comprehensive solutions are proposed and respect the rights of all.
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