Mañana a las 9 a.m. en el Auditorio A-2 de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional Agraria de la Molina, El Minam hará el lanzamiento del proceso de participación pública para la elaboración del reglamento de la Ley Marco de Cambio Climático. Desde DAR, proponemos algunos puntos a tomar en cuenta para el proceso. Esta será el primero de una serie de artículos que buscarán aportar al debate sobre la reglamentación.
El proceso de participación pública:
Descentralizado: Cuando se construye algo, es importante empezar por las bases. Muchas veces los Gobiernos Regionales han manifestado que el Gobierno Central les asigna nuevas responsabilidades sin tener un plan para generar las capacidades operativas y presupuestales necesarias para cumplirlas. Por su parte las organizaciones de sociedad civil de las regiones conocen mejor que nadie los problemas de implementación de planes, estrategias entre varios otros instrumentos. de gestión climática. Incluir mesas de consulta regionales puede ser la oportunidad para una construcción que parta de la realidad operativa hacia lo normativo. Incluso ya se cuenta con estructuras organizativas que se pueden reactivar y aprovechar como las Mesas REDD+ Regionales y las Comisiones Ambientales Regionales (CAR).
Una buena estrategia de comunicación ciudadana: Es fundamental asegurarse de que los acuerdos y aportes se compartan entre los diferentes sectores involucrados en el proceso, paso a paso. Esto no sólo dará una saludable sensación de progreso sino que permitirá un debate amplio, debidamente informado y transparente. No olvidemos que una lección aprendida en todos los procesos de diálogo Estado – Sociedad civil – Sector Privado es el asegurarse de que todos están al tanto de los roles y competencias de cada participante. Una estrategia de comunicación multiplataforma, ordenada y basada en un buen diagnóstico sobre los públicos objetivos será clave para arribar a los resultados que esperamos. En este sentido, se hace necesaria una primera fase en la estrategia de comunicación que tenga como objetivo, asegurar que todos los involucrados cuentan con la información necesaria para iniciar el debate. Aquí no sólo nos referimos a los documentos de discusión o consulta, sino también información sobre los roles, procesos, medios y actividades para la participación.
Establecer grupos de trabajo temáticos: El objetivo de una Ley Marco, es, sobre todo, ordenar la casa. Por eso el proceso de reglamentación debe avanzar convocando a sectores especializados. Adaptación, finanzas verdes, energías renovables, gestión forestal, gestión de riesgos. Va a ser importante encontrar una figura que no sólo logre una integración vertical, de lo local a lo nacional, sino que logre establecer un diálogo entre grupos especializados en las diversas temáticas que aborda la Ley. Los grupos de trabajo temáticos pueden ayudar, además, a establecer mucho mejor las competencias de los diferentes sectores. Algo clave para una verdadera gestión climática integral.
Tener el presupuesto necesario: La experiencia nos dice que un buen proceso participativo necesita un buen presupuesto para asegurar un acceso equitativo y plural de la ciudadanía. El Minam va a necesitar todo el apoyo que pueda conseguir en este punto. El Perú es receptor de numerosas iniciativas y proyectos climáticos financiados por la Cooperación Internacional. Que algo de este presupuesto vaya al proceso de consulta pública del reglamento sería una gran muestra de respaldo a una Ley que busca ordenar la política climática del Perú en todos sus aspectos, y que finalmente regirá el desarrollo de todos los proyectos referidos anteriormente, consolidando la institucionalidad que necesitamos seguir avanzando hacia el desarrollo sostenible. Las organizaciones de sociedad civil también podemos colaborar usando nuestras capacidades operativas. De igual manera, los gobiernos regionales pueden ser grandes facilitadores de la participación ciudadana.
Los análisis de riesgo y vulnerabilidad climática en Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental:
Lo primero es contar con lineamientos claros en el reglamento que establezcan el enfoque y metodología para realizar los análisis de vulnerabilidad y riesgo al cambio climático para los proyectos sujetos al SEIA. Estos deberían de relacionarse con los instrumentos con los que ya cuenta el SENACE (como los Lineamientos para la incorporación de la adaptación al cambio climático dentro del Estudio de Impacto Ambiental Detallado – EIA-d). Además, se tendría que seguir el enfoque de gestión del riesgo al cambio climático y no solo incorporarlo como una variable climática opcional en los instrumentos de evaluación.
De otro lado, estos análisis se deberían de realizar en concordancia con los instrumentos de gestión climática ya existentes, bajo la coordinación del Minam y las autoridades pertinentes, quienes tienen el reto de desarrollar estos lineamientos con la rigurosidad necesaria para que cada proyecto pueda tomar las medidas necesarias, tanto de adaptación, como de mitigación al cambio climático.
El siguiente paso debería ser el tener estos lineamientos adecuados para cada sector y asegurarnos que se han construido en concordancia con las Estrategias Regionales de Cambio Climático de cada región donde opere el proyecto.
Es importante también que las medidas de mitigación que se determinen puedan aportar a las metas sectoriales de nuestras Contribuciones Nacionalmente Determinadas.