Escribe: Aída Gamboa Balbín.
Son 10 años que Perú implementa la Iniciativa para la Transparencia en las Industrias Extractivas (EITI), conformada por 48 países que reúne a gobiernos, empresas extractivas (minería e hidrocarburos) y sociedad civil para transparentar los pagos de las empresas a los gobiernos y los ingresos que éstos reciben de estas empresas, con el fin de verificar que los recursos fomenten el desarrollo en los países miembros.
Para febrero de 2016, Perú tiene el desafío de organizar la VII Conferencia Global del EITI que reunirá a más de 100 países para debatir sobre los resultados del EITI y el fortalecimiento de los sistemas nacionales para mejorar la gestión del sector extractivo, compartir experiencias, etc. Uno de los principales retos a discutir será que la información sea culturalmente comprensible, especialmente en países con población indígena.
Perú tiene avances en el EITI como su conformación en Piura y Moquegua. Sin embargo, no hay avances en otras iniciativas como en la Alianza de Gobierno Abierto (OGP) con el compromiso de crear la Autoridad de Transparencia y Acceso a la Información, estancado en PCM desde 2012. Para llegar a esa reunión, se debería cumplir con todas las iniciativas internacionales, sin contradicciones en el discurso del gobierno.
Otro ejemplo de esto último, es la decisión del MINEM que encarga a la Dirección General de Asuntos Ambientales Energéticos (DGAAE) realizar la consulta previa y ya no a PERUPETRO (R.M. 209-2015-MEN/DM), sin un proceso de debate ni difusión a los diversos actores. Surge la preocupación: si la DGAAE no ha sido fortalecida a raíz de los paquetazos ¿tendrá capacidades para realizar la consulta? recordemos que los procesos de participación ciudadana en las evaluaciones ambientales ya tenían dificultades en implementar mecanismos interculturales. Esto tendrá grandes implicancias, pues a pesar de sus limitaciones, PERUPETRO había avanzado varios procesos de consulta, estaba modificando sus prácticas, adquiría experiencia con personal capacitado y dialogaba con organizaciones indígenas.
Esperemos que estos cambios no generen mayor conflictividad social y que el EITI sea una oportunidad para insertar el enfoque intercultural en el desarrollo de las industrias extractivas de nuestro país.
Publicada en Diario Uno, el 21 de mayo de 2015.