En el marco de la COP26, Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), The Millennials Movement; y Action for Sustainable Development llevaron a cabo un evento paralelo sobre el Acuerdo de Escazú en la COP26: «El Acuerdo de Escazú como herramienta clave para garantizar una respuesta justa al cambio climático en América Latina y el Caribe”. El conversatorio se llevó a cabo el 10 de noviembre en el pabellón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Este evento contó con la participación de, Miguel Guimaraes, vicepresidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP); Natalia Gómez, representante electa del Mecanismo Público Regional del Acuerdo de Escazú; Marina Casas, investigadora de la Unidad de Cambio Climático de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Laura Serna, Escazú Champion; Rosario Díaz Garavito, de Millennial Movement; e Isabel López, de DAR.
A través del conversatorio se pudo visibilizar la necesidad de que los estados utilicen el Acuerdo de Escazú como herramienta para garantizar un ambiente sostenible y seguro. Y es que, a pesar de que dicho tratado internacional entró en vigor en abril de este año, solo 12 países lo han ratificado y aún no existe una claridad sobre el proceso de implementación. Es así que el defensor indígena Miguel Guimaraes indicó: “A pesar de los esfuerzos que hacemos en estos espacios para visibilizar nuestra situación, siguen siendo fuertes la amenaza y los asesinatos a nuestros hermanos. Ese es el pago que recibimos por hacer un trabajo de manera colectiva”. En ese sentido, las panelistas resaltaron la importancia de seguir desarrollando acuerdos y procesos regionales vinculantes para responder a los desafíos asociados con el cambio climático, así como el apoyo a las acciones realizadas por la sociedad civil y las organizaciones indígenas.
Finalmente, Isabel López, de DAR, resaltó la importancia del Acuerdo de Escazú como herramienta para impedir que el cambio climático siga causando daños irreversibles, en tanto es un tratado ambiental y único en el mundo que aborda la situación de los defensores y da mandatos para protegerlos. Por ello, hizo un llamado para que en estas negociaciones climáticas, los estados se comprometan a ratificar e implementar dicho tratado garantizando entornos seguros para las y los defensores, a través de seguridad jurídica de los territorios indígenas, pues no se puede enfrentar el cambio climático sin proteger a quienes ocupan esos espacios.