Lunes 10 de abril de 2017.- Vigilantes indígenas del Alto y Bajo Urubamba se reunieron en Quillabamba (Cusco) este 07 y 08 de abril último para participar en el Tercer Encuentro de Vigilantes Indígenas del Consejo Machiguenga del Río Urubamba (COMARU).
Bajo la premisa de construir un sistema de vigilancia integral para Cusco, representantes de los programas de monitoreo ambiental comunitario del Alto y Bajo Urubamba (PMAC AU y PMAC BU), guardaparques comunitarios, promotores de salud y comités de autodefensa intercambiaron sus experiencias, identificando amenazas y buenas prácticas de cada iniciativa que les permitan mejorar el modo cómo realizan la vigilancia indígena.
El evento permitió continuar con la construcción del Sistema de Vigilancia Indígena Integral de COMARU, cuyas bases y estructura se presentarán este 28, 29 y 30 de abril en la Asamblea General de COMARU.
La vigilancia en el Urubamba es anterior a la extracción del gas de Camisea
Cusco alberga a los primeros equipos organizados de vigilantes indígenas ambientales del Perú. El PMAC Bajo Urubamba y PMAC Alto Urubamba empezaron a funcionar en el año 2002 y 2005, respectivamente, supervisando impactos ambientales en el derecho de vía, ductos, plataformas, campamentos y tránsito fluvial del proyecto Camisea, así como supervisando impactos sociales, y promoviendo la educación ambiental y campañas de gestión de residuos sólidos en comunidades y asentamientos rurales de colonos.
Sin embargo, las actividades de vigilancia y control territorial no nacieron con Camisea, hay referencias de iniciativas de vigilancia de guardabosques en los años 70; y en la década de los 80, empezaron las iniciativas de vigilancia de los límites de las comunidades en proceso de titulación, que se vienen convirtiendo en los actuales Comités de Autodefensa, encargados de velar por el derecho al territorio y la seguridad de las comunidades.
Esto refuerza la noción de que la vigilancia integral es permanente, y vinculada al respeto de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y no solo a un proyecto o actividad particular.
En la salud y enfermedad
Actualmente, también existen en el Urubamba alrededor de 50 promotores de salud comunitarios que apoyan voluntariamente a los Puestos de Salud en la realización de campañas de salud con la población, así como con el monitoreo de la incidencia de enfermedades en las comunidades, con énfasis en las poblaciones más vulnerables, como son los niños, ancianos y mujeres indígenas.
Preservando las ANP para el futuro
Por su parte, los guardaparques comunitarios trabajan apoyando al SERNANP en la vigilancia de la diversidad biológica presente en la Reserva Comunal Machiguenga y el Santuario Nacional Megantoni, las dos principales Áreas Naturales Protegidas en la cuenca del Urubamba.
Realizando largas jornadas de patrullaje, toman muestras y observan el comportamiento de especies de flora y fauna representativas de estas ANP, y alertan sobre la presencia de actividades no permitidas en estas áreas, como la tala o caza ilegal.
Juntos vigilamos mejor
Dando cuenta de que cada iniciativa de vigilancia puede apoyar el trabajo de las demás, los Encuentros de vigilantes indígenas realizados en Cusco han permitido posicionar la necesidad de articular y constituir un sistema de vigilancia integral en la cuenca del Urubamba, liderado por el COMARU. Así, en el último de ellos se empezó a construir los lineamientos para integrar el trabajo de las cuatro iniciativas, a partir de una Hoja de Ruta hacia la construcción de un sistema de vigilancia integral de COMARU, resultado del Tercer Encuentro de Vigilantes Indígenas de COMARU.
Este evento se realizó en el marco del proyecto Fortaleciendo la vigilancia indígena, impulsado por Derecho, Ambiente y Recursos Naturales – DAR, en coordinación con COMARU, CARE, ORAU y ACODECOSPAT, gracias al apoyo de la Unión Europea.