Escribe: Ricardo Pérez
Cerrar la brecha de infraestructura parece ser el objetivo político global del momento. Mega iniciativas como el Nuevo Camino de la Seda, impulsado por el gobierno chino y la diversidad de fondos y agencias especializadas al interior de toda la banca para el desarrollo (BID, BM, CAF, y Bancos nacionales, entre otros) trabajando en capitalizar la cartera IIRSA/COSIPLAN, junto a la cantidad reformas normativas que se están dando a nivel nacional para acelerar las inversiones en este sector son una muestra de los vertiginosos cambios que estamos viviendo y la influencia directa de estos organismos en el sector.
¿Pero cuáles son las condiciones políticas, normativas y de gobernanza que se necesitan para que esta infraestructura sea realmente sostenible y cumpla con mejorar la calidad de vida de los sectores que lo necesitan con más urgencia? Teniendo en cuenta además que muchas de las iniciativas actuales se centran en la construcción de megaproyectos en la cuenca Amazónica, ecosistema frágil y megadiverso, importante sumidero de carbono y fundamental para la regulación del ciclo hídrico. Mucho se ha escrito al respecto, pero la realidad es que nuestros gobiernos continúan promoviendo iniciativas de infraestructura que no toman en cuenta las buenas prácticas recomendadas por expertos de diversos campos, dejándose guiar por el mito de que la infraestructura trae desarrollo por generación espontánea, a pesar de la abundante evidencia acerca de lo importante de tener mecanismos de prevención, mitigación y remediación de impactos ambientales (deforestación y calidad del agua) y sociales (sobre todo en el fomento de economías ilegales), desarrollo local, asignación de derechos, entre varios otros.
Asimismo, el impulso que se está dando al sector infraestructura debe tomarse sólo como una oportunidad, no sólo para hacer reformas que aceleren el ciclo de proyecto, sino para recoger y tomar en cuenta buenas prácticas para la gobernanza ambiental, a través de mecanismos óptimos de participación ciudadana, del cumplimiento efectivo y oportuno de la consulta previa, más transparencia y generación de mecanismos anticorrupción, así como el fortalecimiento de los instrumentos de planificación y evaluación ambiental.
Nuestro boletín Infraestructura Sostenible busca aportar al debate sobre esta problemática.
Nuestro primer número se centra en el Proyecto “Hidrovía Amazónica: Río Marañon y Amazonas, tramos Saramiriza-Iquitos-Santa Rosa; Río Huallaga, tramo Yurimaguas- confluencia con el Río Marañon; Río Ucayali, Tramo Pucallpa-Confluencia con el río Marañon” y aborda recomendaciones para aplicación de mejores estándares ambientales y sociales para la empresa constructora, para mejorar la actuación de los organismos públicos responsables del proceso de evaluación ambiental y de las consultoras ambientales encargadas de elaborar el estudio de impacto ambiental.