Nuestros amigos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) nos comentan la situación del recurso hídrico, específicamente, las aguas residuales, como parte de su colaboración en el Boletín de DAR, #HidroINFO.
Retos en la gestión de aguas residuales en México
Escribe: Anaid Velasco
Gerente de Investigación
Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)
El tratamiento de aguas residuales es uno de los grandes pendientes que existen en la gestión del agua en México. Instrumentos de política pública nacionales[1] reconocen que la contaminación que actualmente persiste en el país se debe, principalmente, a la descarga de aguas residuales sin tratamiento a los cuerpos de agua; y es que al 2015 apenas y se trataba el 57% de las aguas residuales municipales ante un 58.8% de aguas residuales tratadas provenientes del sector industrial[2].
No obstante que el marco legal establezca la obligación a los usuarios del agua de someter a algún tipo de tratamiento las aguas residuales antes de descargarlas a los cuerpos receptores de agua, lo cierto es que no se ha cumplido a cabalidad con tal obligación. Esto se debe a que además de haber una deficiente aplicación del marco legal, en el mejor de los casos cuando se realiza el tratamiento de aguas residuales, se hace conforme a los parámetros establecidos en una obsoleta norma oficial mexicana cuyos contenidos quedan lejos de satisfacer los estándares internacionales en la materia, y por lo tanto, lejos de efectivamente erradicar la contaminación de los cuerpos de agua.
Aunado a lo anterior, hay que mencionar que el reúso de aguas residuales tratadas o aguas grises si bien es una práctica que ha ido en aumento, el aumento no obedece necesariamente a políticas públicas o incentivos que hayan sido creados para tales efectos. Han obedecido, más bien, a la necesidad de los distintos usuarios de contar con mayor disponibilidad de este elemento.
Además de ello, el reúso o reciclado de las aguas tratadas sigue sin ser un porcentaje representativo de las aguas residuales provenientes de los distintos usos del agua, de forma que el área de oportunidad que representa para el país es grande. En efecto, es importante mencionar que no existe hasta el momento una certificación específica sobre reúso de aguas grises, sino que el tratamiento y reúso de agua se integra dentro de certificaciones que lo contemplan como uno de los requisitos a cubrir. Sirve como ejemplo el Certificado de Industria Limpia, que otorga la autoridad federal a las industrias por la implementación de prácticas amigables con el medio ambiente y que generen ahorro en recursos, energía e insumos.
Sin embargo, esta certificación es voluntaria ya que representa un esfuerzo de cumplimiento superior al que exigen las leyes por parte de los particulares y es por ello que se les otorga un distintivo que fomente dicho cumplimiento. Derivado de lo anterior, es que puede afirmar que el reúso y el reciclaje de aguas en México es una práctica todavía incipiente en la que la voluntad o necesidad de cada usuario ha jugado un papel fundamental determinando el crecimiento de dicha práctica mientras que el tratamiento de aguas residuales, no obstante su carácter obligatorio, continua siendo uno de las grandes vacíos de implementación efectiva de la legislación ambiental.